¿Qué
tienen en común Andalucía y Galicia?
En
estos momentos a la bailarina María Cabeza de Vaca…
¿Por
qué escribo esto?
Porque
durante unas tres semanas María, sevillana ella, ha estado haciendo de Galicia,
y no de una Galicia cualquiera, sino de la diosa Galicia…
¿Cómo
es posible?
Pues
ha sido posible en la ópera española “Maruxa”, que se ha estado interpretando
en el Teatro de la Zarzuela de Madrid. Una “Maruxa” muy especial según la
versión y la visión de Paco Azorín…
Me
llamó Paco, me explicó el proyecto y me dijo que iba a ser un personaje
poético, que iba a tener mucha presencia en escena, y que iba a ser un
personaje potente, que tuviera fuerza y sobre todo que fuera poético. Entendí
rápidamente que es lo que quería hacer y qué tipo de personaje quería
construir. Hicimos una prueba, vimos por donde podría respirar el asunto y le
gustó lo que le proponía y nos dimos cuenta de que nos podíamos entender y que
podíamos hacerlo…
¿Y
que tal resultó entrar en ese engranaje?
Para
mí es un poco exótico todo este mundo. En danza contemporánea los equipos son
mucho más pequeños, las producciones están mucho más concentradas, y aquí es
una maquinaria impresionante. Para mí ha estado bien, he aprendido y he
disfrutado metida en este mundo, no es normal que la danza contemporánea entre,
especialmente, aquí en el Teatro de la Zarzuela, quizá la danza clásica, la
española, pero la contemporánea no es muy usual, pero como Paco tiene afán de
modernizar y traer la zarzuela a lo contemporáneo, pues buscaba un tipo de
movimiento así y es lo que me pidió. Se podría haber hecho algo más formal,
pero Paco quería algo contemporáneo.
María
terminaba “Maruxa” y se iba sin pausa a su tierra, a Sevilla para esa pieza…
“Cabeza
de Vaca” era un espectáculo que tenía en mente desde hace tiempo, y Trans-forma,
que es la empresa que me ayuda a hacer mis creaciones me animó a hacer algo, y
tenía esa idea de hacer el solo sobre ese tema y me voy a estrenarlo…
Y
después…
Tengo
clases en el Instituto del Teatro, en el Conservatorio Superior de Barcelona
para un mes entero y algún proyecto más por ahí que tengo que armar…
María,
descendiente del conquistador y descubridor Alvaro Núñez Cabeza de Vaca, es otra
conquistadora, pero ella lo hace con su arte, y cuando baila eres tú quién la
descubre porque solos tendrás ojos para ella…
Con
esta mujer, de tremendos ojos azules, menuda, fibrosa, inquieta, hemos podido
hablar poco antes de que deje de ser Galicia y se convierta “Cabeza de Vaca” enel
Teatro Central de Sevilla, los días 16 y 17 de febrero, una especie de salto
sin red sobre territorios inexplorados, y que como ella misma afirma, al
presentar su nuevo trabajo…
Soy
María M. Cabeza de Vaca bailarina y creadora y soy descendiente de Álvar Núñez
Cabeza de Vaca. (1488/1490), descubridor y conquistador español que exploró la
costa sur del continente norte de América, siendo el primer europeo en llegar a
las cataratas de Iguazú.
“Cabeza
de Vaca” no es mi nombre artístico como a menudo cree la gente, es mi apellido
materno. Mi abuelo además del apellido nos dejó manuscritos donde aparece el
árbol genealógico que a través de varias generaciones conecta mi familia con
este personaje histórico.
En
este nuevo proyecto vuelvo a viajar en busca de una identidad, esta vez utilizo
el viaje de mi antepasado para conectar con las mismas obsesiones de anteriores
trabajos: el proceso creativo como viaje transformador y la necesidad de
encontrar un sentido a lo absurdo de la existencia humana
El
17 de junio de 1527, Álvar Núñez Cabeza de Vaca partió de Sanlúcar de
Barrameda, rumbo a América, en una expedición que tenía por objetivo la conquista
de Florida y la búsqueda de la Fuente de la eterna juventud.
Utilizo
episodios del viaje del conquistador a través del nuevo mundo para conectar con
mi propia aventura vital y profesional. En mi viaje, al igual que mi antepasado
en busca de la fuente de la “eterna juventud”, mezclando texto, danza, y
acciones plásticas, vuelvo a encontrar los motores que siguen activando las
ganas de crear.
Soy
bailarina, me dedico profesionalmente a la danza, nunca he ejercido como
filóloga. Estudie Filología porque no sabía si iba a llegar a ser bailarina, si
podría dedicarme a esto, no tenía ningún referente en mi familia, y donde
empecé a estudiar danza, en Córdoba, había ballet clásico nada más, y no
conocía a bailarines profesionales. Tuve que compaginar los estudias de danza
con Filología. Cuando acabé Filología fue cuando me decidí a pedir una beca,
salir de allí e investigar que carrera podía hacer con la danza…
¿Quién
te señaló con el dedo y te dijo “eres bailarina”?
En
el colegio, cuando iba a las clases de danza extraescolar, la profesora le dijo
a mi madre que me llevara al Conservatorio a estudiar danza porque servía para
ello. Pero de los 15 a los 16 años dejé de bailar, quería ser otras cosas como
directora de cine, pero hay un impulso que me llevó otra vez a la danza.
¿Es
duro ese camino?
Sí,
es duro porque en España es difícil bailar profesionalmente, es difícil ser
bailarina. Hay otros países más amables para la profesión. En España no hay un
tejido, una infraestructura sólida, pienso que,porque no hay público, no hay
tradición;por ejemplo, de flamenco y en mi tierra si hay
cultura públicadel flamenco, pero de danza contemporánea todavía no…
También
falta en la educación para crear afición a la danza. En Francia, cuando he
estado trabajando allí, a los centros coreográficos venían colegios de niños a
ver los ensayos, algunos duros, que pensabas estos niños se van a aburrir, sin embargo,
como está metido en la cultura, en la educación de los niños,están
acostumbrados a ver a los bailarines moverse y van entendiendo lo que es eso, y
así se va creando público desde la infancia.
¿Puedes
vivir de la danza?
Sonríe
y le brillan esos ojos azules…
Estoy
viviendo, no obstante,por un lado,doy clases, hace poco ha estado dando clases
en Barcelona en el Conservatorio Superior de Danza, estoy haciendo este trabajo,
que es interpretar y ser bailarina para otra compañía, lo compagino con mis
propias piezas, como ese trabajo mío que voy a estrenar en Sevilla en el Teatro
Central. Entonces, abriendo muchos campos y compaginando distintas
posibilidades se puede vivir, aunque es muy difícil, me gustaría decir que no,
pero es muy difícil…
Porque
la vida de una bailarina es relativamente corta…
Pero se abren
posibilidades. A mí, conforme cumplo añosse me abren nuevas opciones. Hace un
tiempo, solamente bailaba para compañías, era bailarina, y ahora hago mis
propios trabajos, doy clases, hago ayudantía de movimientos,trabajo para otras
compañías, por ejemplo, de ayudante de dirección… se van abriendo
posibilidades, no soy simplemente
una
bailarina de compañía, sino que también soy creativa, soy inquieta y se me ven
abriendo posibilidades…
¿Y
cuál es tu futuro?
Mi
futuro ya está aquí (se ríe) Por ejemplo mis compañeras que han querido tener
hijos, formar una familia, están en los Conservatorios dando clases, es una
posibilidad…
¿Y
ser coreógrafa?
En
eso estoy, pero también está difícil. De momento voy a ir compaginando y en la
enseñanza hay una posibilidad de futuro.
Y
María, descendiente de conquistador, va en busca de nuevos públicos que
conquistar, de nuevos proyectos que descubrir, sin cesar en su camino de danza,
de bailarina, de artista que quiere demostrar que hay otras posibilidades que
explorar…
Desde
aquí te seguiremos…
Cuenta
con nosotros…
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