miércoles, 9 de marzo de 2022

TEA ROOMS, DIRIGIDA POR LAILA RIPOLL, EN EL FERNÁN GÓMEZ

VENGA A TOMAR TÉ CON NOSOTRAS…

Tea Rooms’ cuenta la historia de varias mujeres, empleadas de un distinguido salón de té cercano a la Puerta del Sol. Son Antonia, la más veterana; Matilde, alter ego de la autora; Marta, la más joven, a la que la miseria ha vuelto valiente y decidida; Laurita, la protegida del dueño, frívola y despreocupada; Teresa, la encargada, el perro fiel, siempre defendiendo a la empresa… Son mujeres acostumbradas a obedecer y a callar, acostumbradas a estirar un jornal que no da ni para comprar un billete de tranvía. Son mujeres que sufren, que sueñan, que luchan, que aman… Y Madrid siempre de fondo, un Madrid convulso y hostil, enorme y vivo.

La obra es una novela-reportaje basada en experiencias reales, que rompió los esquemas narrativos de la época.

La ficha artística la forman Paula Iwasaki, María Álvarez, Elisabet Altube, Clara Cabrera, Silvia de Pé y Carolina Rubio en la interpretación y con la música original de Mariano Marín, vestuario de Almudena R. Huertas, escenografía de Arturo Martín Burgos y videoescena de Emilio Valenzuela.

Es la primera producción del Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, que versiona y dirige como directora artística del teatro Laila Ripoll. 


































Laila Ripoll:

Tea Rooms supone un descubrimiento, el hallazgo de una autora y una obra singular, comprometida y profunda. Luisa Carnés, considerada “la más importante narradora de la generación del 27” traza en esta novela un relato construido a partir de unos personajes claramente definidos, tratados con humanidad y comprensión. Por todo ello la adaptación al teatro ha sido natural, ya que la historia se entreteje a partir de las conversaciones, los anhelos y los sueños de estas muchachas que poseen caracteres y personalidades magistralmente retratadas. 

El montaje se desarrolla en la trastienda de un famoso salón de té de Madrid, con la intención de que el ambiente invada todo el espacio y rodee al espectador, sumergiéndole por completo en la atmósfera del salón. La juventud, la alegría, la energía de los personajes contrasta, a veces, con sus tristezas, con la desgracia imprevista, con los sueños por cumplir y también con los que no se cumplirán nunca. En definitiva, un texto que conserva una vigencia absoluta y en donde nos podemos ver reflejados.”


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