miércoles, 19 de marzo de 2025

VAYA MOVIDA LA DE LA BOHEMIA DE MADRID EN EL SIGLO XIX…

Ahí es nada los nombres que aparecen cuando hablamos de la bohemia en la capital en aquellos tiempos...

La exposición ¡VIVA LA BOHEMIA! que se puede ver en el Museo de Historia situado en la calle Fuencarral es una oportunidad para ver de qué iba eso de ser bohemio en el siglo XIX en Madrid…

CARLOS DE LUNA nos muestra con su ojo fotográfico un interesante recorrido por esa expo...



 


Madrid ¡Viva la Bohemia! Los bajos fondos de la vida literaria

La muestra invita al público a saber más sobre las diversas generaciones de la bohemia literaria que hubo en España, asentada en Madrid, desde mediados del siglo XIX hasta la década de 1930 del siglo XX. Más de treinta prestadores procedentes de museos y colecciones, públicas y privadas, colaboran en esta exposición que incluye pintura, escultura, estampas, dibujos, material fílmico y fotográfico, y una extensa selección bibliográfica. Podrán verse obras que pertenecen a un amplio catálogo de artistas como Ramón Casas, Raimundo de Madrazo, Francisco de Goya, Ricardo Baroja o Enrique Ochoa, entre muchos otros, las cuales conviven con las creaciones literarias de escritores de la bohemia madrileña.









La exposición se divide en varias secciones. La primera, París: las primeras luces, traslada al visitante a la ciudad donde surgió la bohemia, París, el sueño de cualquier artista y la gran capital cultural de Europa. Entre 1847 y 1849, Henri Murger publicó por entregas en la prensa francesa la novela Scènes de la vie bohème (Escenas de la vida bohemia).

La segunda sección denominada El resplandor español se ambienta en Madrid en torno a 1840 cuando surge la que se considera la primera generación de bohemios ligada a los periódicos, al teatro y al desarrollo del folletín y la novela por entregas, según el modelo francés. Son los tiempos del café, como el “Suizo” o “El Parnasillo”, al que Ricardo Balaca (1860-1865) dedica su obra Café del Parnasillo (Madrid), que ahora se expone.








El tercer espacio de la exposición es La bohemia heroica, que era como se conocía al grupo de escritores preparados académicamente, con un compromiso social con los más desfavorecidos muy acentuado, políticamente cercanos al socialismo y al anarquismo y que rechazaban los valores burgueses.

Espacios bohemios da nombre a la cuarta sección centrada en el ambiente preferido de los bohemios: la noche. Con la llegada de la noche, los bohemios se acercaban a la Puerta del Sol, a ese Madrid nocturno, tan cantado y descrito por los bohemios en sus poemas, cuentos y prosas, que se ve sacudido por la presencia de prostitutas y chulos, bien representados en las obras de Gutiérrez Solana.

El quinto espacio encargado de cerrar la exposición es Luces de Bohemia, dedicado a Valle-Inclán y su obra Luces de Bohemia, publicada como libro en 1924. En este espacio se incluyen algunos Caprichos de Goya, en los que se aprecia la deformación, bestialización o caricaturización de sus protagonistas, fuente de inspiración de Valle-Inclán. Una deformación a la que, 15 años antes que Valle-Inclán, ya había aludido Francisco Sancha en algunas de sus Escenas madrileñas que se conservan en el Museo ABC, como El Golfo, El Aguaducho o El ciego Fidel.

Pues de eso va esa expo que Carlos ha querido que la disfrutemos sin movernos del sillón, aunque a la vez sus imágenes sean una invitación a ver como era ser bohemio cuando había que serlo, aunque muchas veces creamos que ahora hemos descubierto la pólvora…

Porque la BOHEMIA YA ESTABA INVENTADA HACE MUCHO TIEMPO…












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