El arte flamenco de Rocío Márquez en las Fiestas de la Paloma
La onubense Rocío Márquez llegó, cantó y triunfó en las Fiestas de la Paloma...
Rocío, que reconoció que el escenario le daba respeto, por el lugar y la
significación, posiblemente las fiestas más castizas, enamoró a todos los
asistentes con su arte y su saber estar y cantar...
La cantaora desplegó sobre las tablas de la madrileña Plaza de la Paja su limpia y poderosa voz, y durante algo más de una hora nos emocionó con ese flamenco tan especial, esa paleta de colores y calores de su arte acompañada por la brillante sonanta de Miguel Ángel Cortés y a las palmas y tonos los hermanos Saavedra, Antonio y Lolo, conocidos y reconocidos como los Mellis...
Rocío Márquez empezó con unas guajiras que recorrió con su cálida voz, para seguir con una tanguillos y después desgranar bulerías...
Como ella dijo, esa noche tocaban aires alegres, porque, al fin y al cabo estábamos de fiesta, las de la Virgen de la Paloma, que la miraba desde su lugar de honor, a la derecha del escenario...
Y allí, ya con el público entregado, aplaudiendo, como se dice, a rabiar, con el maestro Cortés demostrando su sapiencia a la guitarra y con los hemanos dando unas palmas que, a veces, hablaban, transcurrió el concierto, que, como es lógico, se nos hizo corto, y eso que al final, todos, cantaora, tocaor y palmeros, de pie al borde de la tarima, Roció desgranó unos versos, cantandos naturalmente, llamando al amor, a la paz y a la tolerancia...
Rocío Márquez
forma parte de las últimas generaciones del flamenco, y se mueve entre la
ortodoxia y la heterodoxia, interpretado los cantes clásicos, mejor
reinterpretrandolos a su manera, con respeto y por derecho...
¡Larga vida
(artística) a la cantaora!
Te queremos...
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