Daniel
Landa: “Dentro de unos años me gustaría dedicarme a la radio”
Daniel
Landa es un periodistaviajeroaventurero conocido y reconocido en especial por un documental “Un
Mundo Aparte”. Entre 2006 y 2008, lideró
un equipo conformado por un camarógrafo y un productor, y recorrió miles de kilómetros por carretera
alrededor del mundo. Esta experiencia se plasmó en ese documental, visto en 130 países
a través de importantes cadenas de
televisión como National Geographic, Univisión
(Estados Unidos) y La 2 de Televisión Española.
Pero…
¿Cómo
empezó Daniel Landa?
-Empezó
estudiando Periodismo y creo que los viajes eran los que saciaban la curiosidad
del periodista, fue antes periodista que viajero, sólo que entendí rápidamente
que el viaje y la aventura son mejor contexto para contar historias.
Hemos
hablado con Daniel de ese viaje y de otros temas, viajeros naturalmente…
¿Qué
medio prefieres para desarrollar tu trabajo?
-Si
te digo la verdad, me gustaría dentro de unos años, cuando acabe harto del
mundo de la televisión, dedicarme a la radio porque me parece, la verdad, el
medio con más magia que hay. Pero cuando uno saca la cámara y trabaja con la
imagen también es adictivo. Uno tiene que llevar la parafernalia, el equipo
técnico que es un yunque muchas veces, que te quita la ligereza en los viajes,
pero lo que también la televisión consigue transmitir emociones que ningún otro
medio consigue, solo que en un futuro me veo con la paz que da la radio.
¿Pero
también escribes?
-También.
Tengo publicado un libro que se llama “Un mundo aparte” igual que la primera
gran serie de viajes que hicimos y precisamente en estos días hemos agotado la
primera edición y muy contento con escribir también. Es un desafío contarlo en
palabras y creo que al final lo que trasciende son las historias, ya sea en
imágenes, con voz o con la palabra escrita.
¿Cuál
ha sido el viaje que más te ha llenado?
-Dar
la vuelta al mundo es siempre el viaje más completo. Creo que es insuperable,
la perfección circular, circunvalar el globo. Creo que nos ha marcado a todos
los que tuvimos el privilegio de realizar ese viaje. Y a partir de ahí se van
buscando otro tipo de experiencias quizá más viscerales como las que vivimos en
el Pacífico, más concentrado en el tiempo, es de solamente un año… pero es que
la vuelta al mundo no fue un viaje, fue una etapa de nuestra vida, fueron dos
años viajando…
¿Fue
el viaje más peligroso y complicado?
-La
vuelta al mundo era uno de esos proyectos que uno hace con todo el alma sin las
herramientas que consigue dignificar esta profesión, pero con todo el pundonor
del mundo conseguimos realizar algo que, contra todo pronóstico, lo completamos
y lo llevamos a escenarios internacionales como National Geographic, Univisión,
Directv, que realmente recompensaron todo aquel esfuerzo… fue titánico, ahora
cuando lo pienso, cuando hago otras series como la del Pacífico, me doy cuenta
de lo complicado, de la exigencia que fue dar la vuelta al mundo durante dos
años en un estado más que precario…
¿Y
cuál sería el proyecto que te gustaría realizar?
-Lo
bueno es que como el mundo está lleno de líneas que trazar siempre quedan
proyectos por hacer… a mí ahora me llama volver a África y el desafío que
tenemos por delante sería circunvalar el Océano Atlántico, la última expedición
fue el Pacífico, ahora sería el Atlántico y hacerlo por las dos vertientes, la
africana y la americana, así que el destino próximo es África, además la parte
Occidental que no la conozco, porque durante la vuelta al mundo recorrimos
África por la parte Oriental… y cuanto más leo, cuanto más veo y cuanto más me
informo más imparable es la sensación de “Tengo que ir ahí”…
¿Y
Oriente… China, Japón…?
-Eso
lo hemos hecho… el Pacífico, fue un viaje de un año, que empezamos en Japón, recorrimos
18 países, por China, por el Sudeste asiático y todas las islas, que habría que
tratar de un forma genérica porque es apasionante, posiblemente la parte del
mundo donde uno encuentra las antípodas culturales y por lo tanto recibe los
impactos culturales y emocionales más fuertes es en las islas del Pacífico, en
Papúa Nueva Guinea, algunas islas de Filipinas, Sulawesi, Vanuatu que es un
país fascinante, Samoa, Nueva Zelanda…
¿Cuál
ha sido la experiencia que te ha marcado más, algo puntual?
-Hay
dos momentos que me han marcado en cuanto a la calidad humana de los pueblos
que nos mostraron dos momentos muy fascinantes y muy extremos. Uno en una isla,
que pertenece a Estados Unidos, en el estrecho de Bering con los esquimales que
viven en la pequeña isla de Diomedes, que la visitamos en invierno, donde la
sensación térmica era de menos 67 grados y allí sobrevivían y mantenían viva su
cultura y su amor por la tierra, que la tierra, hay que hablar de un bloque de
hielo y sin embargo me conmovió el pundonor por mantener esa cultura, y en el
otro extremo te podría decir un montón de etnias y de tribus, pero conocer a
los coroguais en Papua, la parte indonésica de Papúa occidental, donde viven en
casas a treinta metros en las copas de los árboles, gente que vive desnuda, que
no había visto a un hombre blanco, gente que te mira con recelo pero con la
misma curiosidad, y al final con la misma empatía y calidad humana con la que
nosotros quisimos corresponderles… esos fueron dos momentos para mí
inolvidables.
Una
pregunta que suena un poco absurda ¿te gustaría viajar fuera de la Tierra,
ahora que está de moda el turismo espacial?
-Por
supuesto, sería el exoviaje… desde luego que sí, es más, conocí en un programa
de radio a una persona que mandaba satélites al espacio y en medio del programa
habló del turismo espacial y le tuve que parar y dije vamos a hablar de eso
pero con mucha calma… desde luego que me gustaría, igual que viajar a las
llanuras abisales… verás, aquellos lugares donde uno siente la soledad y el impacto
de lo extremo es donde se reconcilia con el viaje como lo entendían los
antiguos exploradores, pero cada vez quedan menos sitios y lo buscamos en la
medida que podemos y el espacio ¿por qué no?
¿Y
en España hay algún punto en concreto que te llame la atención?
-Muchísimos,
he viajado por España muchísimo, y hace poco estuve un fin de semana en el
Cañón del Rio Ebro en un pueblo maravilloso que se llama Orbaneja del Castillo,
en Burgos, yo que soy castellano apelo a la montaña de nuestra región, y a mí,
por las raíces, el norte de Palencia es uno de los lugares donde me gusta
perderme y es muy montañoso, en contra de lo que mucha gente puede creer que es
llanura, pero hay una montaña preciosa y con una fauna extraordinaria, que
dices que en mi provincia hay osos, el oso pardo que habita en las montañas
palentinas y poder ver eso y acercarse a esas montañas me da muchísima paz.
Daniel con Javier Reverte.
¿Y
si tienes pareja, cómo se lleva la pareja así?
-Ahora
que mi pareja no nos oye… (risas porque ella está con nosotros)… tiene la
pasión viajera y comparte todos los proyectos personales, lo que tienes es
negociar mucho… (más risas)… entiendo que los viajes son etapas de mi vida que
son más compatibles de lo que parece con relaciones o con la familia… no tengo
hijos, entiendo que eso marcaría un punto diferencial, pero también conozco
muchas familias que viajan… aquí es que tenemos la cultura de elegir en vez de
compatibilizar… eso sí hay momentos en que hay que negociar duramente… pero
quien me conoce sabe que esto no es solamente mi pasión sino que es mi trabajo
y de alguna manera hay que convivir…
Además
esto es una pasión y una adicción que nunca se pierde…
-No
sé si por suerte o por desgracia, a mí me ha dado muchísimas alegrías, pero sí
que te genera una adicción y he conseguido hacer y peleo día a día porque esto
sea un oficio, porque creo que esto es un oficio muy bonito todavía muy
artesanal afortunadamente que es el de contar historias a través de documentales
y me lo tomo como un trabajo y como un oficio y ahí hay una parte muy seria que
no negocio.
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