VAYA
MOVIDA LA DE LA BOHEMIA DE MADRID EN EL SIGLO XIX…
Ahí
es nada los nombres que aparecen cuando hablamos de la bohemia en la capital en
aquellos tiempos...

La
exposición ¡VIVA LA BOHEMIA! que se puede ver en el Museo de Historia
situado en la calle Fuencarral es una oportunidad para ver de qué iba eso de
ser bohemio en el siglo XIX en Madrid…
CARLOS
DE LUNA nos muestra con su ojo fotográfico un interesante recorrido por esa
expo...
Madrid
¡Viva la Bohemia! Los bajos fondos de la vida literaria
La
muestra invita al público a saber más sobre las diversas generaciones de la
bohemia literaria que hubo en España, asentada en Madrid, desde mediados del
siglo XIX hasta la década de 1930 del siglo XX. Más de treinta prestadores
procedentes de museos y colecciones, públicas y privadas, colaboran en esta
exposición que incluye pintura, escultura, estampas, dibujos, material fílmico
y fotográfico, y una extensa selección bibliográfica. Podrán verse obras que
pertenecen a un amplio catálogo de artistas como Ramón Casas, Raimundo de
Madrazo, Francisco de Goya, Ricardo Baroja o Enrique Ochoa, entre muchos otros,
las cuales conviven con las creaciones literarias de escritores de la bohemia
madrileña.


La
exposición se divide en varias secciones. La primera, París: las primeras
luces, traslada al visitante a la ciudad donde surgió la bohemia, París, el
sueño de cualquier artista y la gran capital cultural de Europa. Entre 1847 y
1849, Henri Murger publicó por entregas en la prensa francesa la novela Scènes
de la vie bohème (Escenas de la vida bohemia).
La
segunda sección denominada El resplandor español se ambienta en Madrid en torno
a 1840 cuando surge la que se considera la primera generación de bohemios ligada
a los periódicos, al teatro y al desarrollo del folletín y la novela por
entregas, según el modelo francés. Son los tiempos del café, como el “Suizo” o
“El Parnasillo”, al que Ricardo Balaca (1860-1865) dedica su obra Café del
Parnasillo (Madrid), que ahora se expone.
El
tercer espacio de la exposición es La bohemia heroica, que era como se
conocía al grupo de escritores preparados académicamente, con un compromiso
social con los más desfavorecidos muy acentuado, políticamente cercanos al
socialismo y al anarquismo y que rechazaban los valores burgueses.
Espacios
bohemios da nombre a la cuarta sección centrada en el
ambiente preferido de los bohemios: la noche. Con la llegada de la noche, los
bohemios se acercaban a la Puerta del Sol, a ese Madrid nocturno, tan cantado y
descrito por los bohemios en sus poemas, cuentos y prosas, que se ve sacudido
por la presencia de prostitutas y chulos, bien representados en las obras de
Gutiérrez Solana.
El
quinto espacio encargado de cerrar la exposición es Luces de Bohemia,
dedicado a Valle-Inclán y su obra Luces de Bohemia, publicada como libro en
1924. En este espacio se incluyen algunos Caprichos de Goya, en los que se
aprecia la deformación, bestialización o caricaturización de sus protagonistas,
fuente de inspiración de Valle-Inclán. Una deformación a la que, 15 años antes
que Valle-Inclán, ya había aludido Francisco Sancha en algunas de sus Escenas
madrileñas que se conservan en el Museo ABC, como El Golfo, El Aguaducho o El
ciego Fidel.
Pues
de eso va esa expo que Carlos ha querido que la disfrutemos sin movernos del
sillón, aunque a la vez sus imágenes sean una invitación a ver como era ser
bohemio cuando había que serlo, aunque muchas veces creamos que ahora hemos
descubierto la pólvora…
Porque
la BOHEMIA YA ESTABA INVENTADA HACE MUCHO TIEMPO…








