lunes, 11 de septiembre de 2023

Pedro Mercedes, Maestro Alfarero.

PEDRO MERCEDES, MAESTRO ALFARERO

EL ARTE DE LA ALFARERÍA…

Dios moldea barro, dándole la forma de hombre y luego le da vida con su aliento. (Génesis)

«OFICIO NOBLE Y BIZARRO

ENTRE TODOS EL PRIMERO

PORQUE EN EL TRAJÍN DEL BARRO

DIOS FUE EL PRIMER ALFARERO

Y EL HOMBRE EL PRIMER CACHARRO»

El Botijo, el mas viejo frigorífico del mundo. 


Premio Nacional de Alfarería 1966


Pedro Mercedes nace en Cuenca, en la Cuenca de abajo pero con todo la Cuenca antigua y misteriosa; el 31 de Julio de 1921, en la calle Carretería, hijo de Tomás, asentador de frutas, y Encarnación.

Entre su padrino de pila “Pelaspigas”, banderillero, y su padre deciden que debe ser torero, y el niño hace el paseíllo en la inauguración de la Plaza de Toros de Cuenca, en 1927.

Al morir su padre en 1929, su madre, se casa en segundas nupcias con Florentino Merchante, el alfarero.


Para Pedro Mercedes la suerte está echada. La primera vez que tuvo ante sus ojos a su padrastro torneando una pieza quedó deslumbrado. Y supo que ya nunca podría dedicarse a otra cosa que al divino oficio de alfarero.


“…ESE RUIDO DEL BARRO COCIÉNDOSE, HAY QUE SENTIRLO, ESCUCHARLO,

ES CUANDO EL BARRO LLORA POR EL ALFARERO,

LA TIERRA LLORA POR TI…”. (Pedro Mercedes)


En abril de 1933, abandona la escuela y empieza a colaborar con su “tío” desde los trabajos más humildes.

Comienza a asistir a la Escuela de Artes y Oficios, de la Diputación Provincial, bajo la mano de su profesor Fausto Culebras, pintor y escultor conquense.

Con el descubre su gran intuición, la posibilidad cierta de que el modelado del humilde barro, bordado y rayado, pueda convertirse en sublime arte.


Con Pedro Mercedes, la alfarería ha evolucionado de la tradicional artesanía a la categoría de arte.

“DECORAR UNA PIEZA ES COMO DESENTERRAR EL CUERPO DE LA VASIJA EMPLEANDO LA IMAGINACIÓN Y EL SUEÑO”

El espíritu de un dios desconocido recorre, como un soplo, toda su obra. Porque en cada cacharro de barro, conviven dos espacios asombrosos. Un mundo de mitología ancestral y otro de profundas raíces iberas, que se dan amigablemente la mano.


















EL HOMBRE MOLDEA EL BARRO Y ASÍ SE CONVIERTE EN UN DIOS, CERCANO, MORTAL …

EN ALFARERO…

“… Sus manos tienen cien siglos de sabiduría. Heredero de un arte divino, el arte del barro…”













Una pareja de caballos como estos me los compró Doña Sofía, la Reina de España, en una feria del campo, cuando ella todavía era princesa y estaba esperando su primera hija. 




Pedro Mercedes se va con sus manos y su aliente en 2008, y deja una herencia difícil de valorar, no ya en obras, si no en humanidad, amistad, y, parafraseando a Antonio Machado, se va un hombre “en el buen sentido de la palabra, bueno”…
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario