PEDRO
MERCEDES, MAESTRO ALFARERO
Dios
moldea barro, dándole la forma de hombre y luego le da vida con su aliento. (Génesis)
«OFICIO
NOBLE Y BIZARRO
ENTRE
TODOS EL PRIMERO
PORQUE
EN EL TRAJÍN DEL BARRO
DIOS
FUE EL PRIMER ALFARERO
Y EL HOMBRE EL PRIMER CACHARRO»
El
Botijo, el mas viejo frigorífico del mundo.
Premio Nacional de Alfarería 1966
Entre
su padrino de pila “Pelaspigas”, banderillero, y su padre deciden que debe ser
torero, y el niño hace el paseíllo en la inauguración de la Plaza de Toros de
Cuenca, en 1927.
Al morir su padre en 1929, su madre, se casa en segundas nupcias con Florentino Merchante, el alfarero.
ES
CUANDO EL BARRO LLORA POR EL ALFARERO,
LA TIERRA LLORA POR TI…”. (Pedro Mercedes)
Comienza
a asistir a la Escuela de Artes y Oficios, de la Diputación Provincial, bajo la
mano de su profesor Fausto Culebras, pintor y escultor conquense.
Con el descubre su gran intuición, la posibilidad cierta de que el modelado del humilde barro, bordado y rayado, pueda convertirse en sublime arte.
“DECORAR
UNA PIEZA ES COMO DESENTERRAR EL CUERPO DE LA VASIJA EMPLEANDO LA IMAGINACIÓN Y
EL SUEÑO”
El espíritu de un dios desconocido recorre, como un soplo, toda su obra. Porque en cada cacharro de barro, conviven dos espacios asombrosos. Un mundo de mitología ancestral y otro de profundas raíces iberas, que se dan amigablemente la mano.
EN
ALFARERO…
“… Sus manos tienen cien siglos de sabiduría. Heredero de un arte divino, el arte del barro…”
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