viernes, 12 de diciembre de 2025

“Bandoleros y su entorno” – Casa de Vacas, Parque del Retiro

Epopeya Bandolera

Soy CARLOS DE LUNA BÉJAR, fotógrafo y amante del arte en sus distintas formas.

He visitado, cámara en mano, en la Casa de Vacas la exposición Bandoleros y su entorno, de Daniel de Campos, y he salido con la sensación de haber recorrido un territorio fronterizo entre historia, mito y emoción pictórica.

Las 51 obras que conforman la muestra dialogan con el pasado de la Serranía de Ronda y de otros escenarios donde el bandolerismo se convirtió, entre finales del XVIII y comienzos del XIX, en espejo de rebelión, miseria y romanticismo.

Lo primero que me ha impresionado es la meticulosa documentación detrás de cada cuadro: armas, vestimentas, utensilios o paisajes aparecen tratados con una precisión casi etnográfica. Aun así, esa base realista se ve atravesada por un suave expresionismo que intensifica el dramatismo de las escenas. Los colores estallan, y la tensión de los personajes parece expandirse más allá del marco.


Estudio de Jerónimo
Sin rumbo
Estudio de bandolero muerto
A contraluz

Triste final

No hay consuelo

Presagio fatal

Entre los paisajes, el Tajo de Ronda destaca como un abismo luminoso que parece resumir la esencia de aquella España romántica. Me ha llamado la atención cómo el artista rompe y recompone el paisaje sin llegar a la abstracción, manteniendo siempre al bandolero como figura central y humana.
No hay alternativa

Podía suceder

No hubo perdón
Triste despedida

Procesión

Sin alternativa

He reconocido figuras legendarias: José María “El Tempranillo”, Luis Candelas o Diego Corrientes, presentados no solo como forajidos, sino como símbolos culturales que la literatura y el arte elevaron a héroes trágicos.

La muerte atraviesa toda la exposición: aparece en duelos a navaja, en ajusticiamientos, en velatorios desgarradores o en amantes que lloran a sus bandoleros caídos.

Pero también hay lugar para la celebración, como la escena de una boda popular donde la alegría se mezcla con el destino incierto de esa vida al margen.


El Tempranillo ante el cadáver de su esposa Jerónima 

Heroísmo bandolero


Boda bandolera
Fusilamiento al atardecer

En el recuerdo

El último adiós

Sociedad bandolera
Tempus fugit

Salgo de la exposición con la sensación de haber asistido a un relato visual donde historia y leyenda se funden en un arte honesto, intenso y profundamente evocador.

Y esto es lo que puedo contar, ahora solo observar las fotografías y decidme que os impresiona más, pero si tenéis tiempo visitadla y luego hablamos…

Un abrazo…

En Madrid, diciembre de 2025






sábado, 8 de noviembre de 2025

DE PASEO POR EL BIERZO

(Con Madrizenimagenes)

De la mano —y la mirada— de Carlos de Luna Béjar, nos adentramos en el Bierzo, esa comarca leonesa que parece hecha de piedra, niebla y memoria. Aquí, cada pueblo cuenta su historia entre montes, valles y silencios antiguos.


MOLINASECA

El Camino de Santiago cruza por Molinaseca y deja en sus calles empedradas la huella de miles de peregrinos. El puente medieval sobre el río Meruelo da la bienvenida a un pueblo que parece detenido en el tiempo, con balcones floridos y tabernas que invitan a quedarse. Molinaseca es, más que un destino, una pausa luminosa en medio del viaje.





















 
PERANZANES Y EL CASTRO DE CHANO

Al norte, en el valle de Fornela, el Castro de Chano guarda la memoria de los antiguos astures. Sus cabañas circulares se asoman a la ladera como si aún vigilaran el valle, testigos de una vida sencilla, entre la tierra y el fuego. Allí, el tiempo se mide en piedra, y la historia respira entre el musgo y el viento.









PEÑALBA DE SANTIAGO

Entre los montes Aquilianos, Peñalba de Santiago se alza como un secreto bien guardado. Las casas de piedra y tejados de pizarra se agrupan alrededor de su iglesia mozárabe, una joya del siglo X que resiste al tiempo como una oración tallada en la roca. Fue refugio de monjes y anacoretas, escenario de la llamada Tebaida leonesa, y hoy sigue siendo un lugar donde el silencio tiene ecos de fe y de montaña.




































El castillo de Ponferrada, también conocido como el castillo de los Templarios  es una fortaleza medieval del siglo XII al siglo XV










LAS MÉDULAS

En Las Médulas, la tierra se tiñe de rojo bajo la luz del atardecer. Lo que fue la mayor mina de oro del Imperio romano es hoy un paisaje casi sobrenatural, un poema tallado por el hombre y moldeado por los siglos. Pasear entre sus montañas huecas y castaños centenarios es adentrarse en una herida bella: la huella del tiempo sobre la tierra.



















CASTRILLO DE LOS POLVAZARES

Y, más allá del Bierzo, en la Maragatería, Castrillo de los Polvazares conserva intacta la nobleza de la piedra. Sus calles empedradas conducen entre casas rojizas de aire señorial, testigos de un pasado de arrieros y caminos. Aquí todo parece hecho para caminar despacio, para escuchar el sonido de los pasos y el murmullo de la historia.











En cada rincón del Bierzo —de las montañas de Peñalba al oro dormido de Las Médulas, del eco astur del Castro de Chano al rumor de los ríos en Molinaseca, hasta la piedra rojiza de Castrillo— la cámara de Carlos de Luna Béjar captura no solo paisajes, sino el alma callada de una tierra que sigue latiendo entre historia y silencio.